Los beneficios del ejercicio físico
La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o minusvalía. Es por ello, por lo que, entre éstos, uno de los aspectos que debemos de potenciar y cuidar es nuestro bienestar psicológico. Hoy en día se sabe, que este tipo de bienestar, esta estrechamente relacionado entre otras cosas con la práctica de actividad física, especialmente con actividades aeróbicas cíclicas (carrera, natación, ciclismo o caminar), ya sea tanto moderada como de baja intensidad (García, Carbonell y Delgado, 2010).
En relación con todo ello, se ha comprobado como las personas que realizan regularmente ejercicio físico tienden a auto-percibirse más saludables de forma que mojara su autoestima y autoeficacia, presentando además, un mejor estado del ánimo, menor estrés, reducción del estado de ansiedad y de los niveles de depresión, conservando e incrementando la función cognitiva, así como también, percibiendo de una forma más optimista las circunstancias y el día a día, y favoreciendo a su vez, la cohesión e integración social (Márquez, 1995; García, Carbonell y Delgado, 2010; Jiménez, Martínez, Miró y Sánchez, 2008).
De todos estos beneficios o mejoras, cabe destacar que la realización continuada y periódica de ejercicio físico afecta especialmente a la ansiedad, depresión e irritabilidad, reduciéndolos notoriamente. Los cambios en los respectivos estados de ansiedad, depresión e irritabilidad tras el ejercicio se deben principalmente, a la segregación de endorfinas y monoaminas. No obstante, además de esto, la práctica de ejercicio físico favorece el incremento de la temperatura corporal, así como la circulación de la sangre al cerebro. Todo ello, termina afectando positivamente al eje hipotálamo-pituitaria-adrenal de nuestro cerebro, potenciando la respuesta fisiológica ante el estrés, así como también, mejorando la autoeficacia, presentando una menor distracción y mejorando la función cognitiva.
En conclusión y por todo ello, el ejercicio físico regular, permite no sólo controlar y reducir algunas afectaciones psicológicas como la ansiedad, la depresión o la apnea del sueño, sino también resulta ser un elemento fundamental en la promoción de las emociones positivas de todos y cada uno de nosotros, mejorando significativamente nuestro bienestar psicológico, y consecuentemente nuestra salud.
Referencias
Jiménez, M. G., Martínez, P., Miró, E., & Sánchez, A. I. (2008). Bienestar psicológico y hábitos saludables: ¿están asociados a la práctica de ejercicio físico?. International Journal of Clinical and Health Psychology, 8(1).
Márquez, S. (1995). Beneficios psicológicos de la actividad física. Revista de psicología general y aplicada: Revista de la Federación Española de Asociaciones de Psicología, 48(1), 185-206.
García-Molina, V. A., Carbonell-Baeza, A., & Delgado-Fernández, M. (2010). Beneficios de la actividad física en personas mayores. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte/International Journal of Medicine and Science of Physical Activity and Sport, 10(40), 556-576.